Esta mañana mientras desayunaba y revisaba mis mails me terminé de despabilar con el aviso del centro ortopédico avisándome que ya podía retirar mis nuevas plantillas.
Como si fuera Benny Hill, (en esas típicas escenas donde la cámara se aceleraba, una música sonaba a todo ritmo y Benny iba de acá para allá como si tuviera hormigas en el culo) terminé de un saque el te con miel que me quedaba , me lavé los dientes ,me cambie y salí disparado para la parada del bondi.
Por suerte cuando llegué al centro me atendieron rápido. El ortopedista que estaba de turno en ese momento me dio un par de indicaciones básicas a tener en cuenta: 1) abstenerme de correr por unos días, por la dureza del material ya que podría aparecerme alguna ampolla si me lanzo de una a trotar. 2) Ir a los controles trimestrales para ver si hay que hacerles algún ajuste y 3) que tenga en cuenta que la vida útil de las plantillas es de 900 km aprox.
Esta vez prometo ser mas obediente y tener en cuenta el kilometraje ya que me fui un poquito de mambo con el uso extensivo que le di al par anterior (casi tres años). Y si me pongo a hacer un calculo anual neto de lo que corrí entrenando sin contar carreras, mas o menos estaría hablando de unos 2600 km por año , o sea unos 7800 km desde Octubre del 2012 al día de hoy. Cifras abrumadoras pero que no son suficientes para hacer realidad mi sueño griego.
Siguiendo con esto de hacer números y comparando lo que corren otros ultras que preparan el Sparta, tendría que hacer por lo menos 100 km por semana y eso daría unos 4400 km por año.
Las cartas están echadas .Recuperé las ganas de correr y ya tengo los repuestos nuevos que me faltaban para poner en funcionamiento la maquinaria . El fin de semana vuelvo al ruedo después de cinco meses sabáticos. A devorar kilometros!
Correr el mítico Spartathlon. Ultramaraton de 246 km que arranca en Atenas y culmina en los pies de la estatua de Leonidas, en Sparta.
jueves, 30 de julio de 2015
miércoles, 8 de julio de 2015
Un nuevo amanecer.
Ya llevo cuatros meses y monedas sin correr. Mentiría si
dijera que sufrí la abstinencia pero
necesitaba parar la pelota por dos razones: para recuperarme de dolores que
tenía en el pie izquierdo (tengo pie valgo y eso hace que pise mal lo que me
lleva a sufrir dolores bastante molestos) pero también necesitaba volver a
tener ganas de entrenar.
Los griegos decían que las pasiones obnubilan la
inteligencia y en este caso tenia motivos suficientes como para no seguir
haciendo cagadas y debía tomar cartas en el asunto.
Así que allá por Marzo, ya preocupado por la situación
recurrí a la medicina oriental y caí en manos de un chino que hace masajes. La
sesión duró media hora y me hizo ver las estrellas. Al cabo de diez minutos le
hice la pregunta del millón “¿Cuándo puedo volver a correr?”. Y su primera
sentencia fue muy contundente: “no
correr por 1 año”. Se lo volví a preguntar mas despacio, modulando cada palabra
por si no entendió bien y me dijo lo mismo. Me dejó sin reacción
pero tampoco es que me angustió su diagnóstico (acá la otra señal de que no solo en mis pies estaba el problema). No obstante, al final de la sesión no se por qué razón me bajó el reposo
a 6 meses.
Para no quedarme solo con esa opinión un mes después fui a
ver a un especialista de pie que me recetó plantillas que harían la función de
enderezar los pies.
En resumen en este tiempo me dediqué a escribir un par de
relatos, a leer mas de lo que venia acostumbrado, volví a ver de nuevo las seis
temporadas de Lost (que serie por favor!) a hacer algo de pesas y hará dos
semanas que arranque con bici y escalador como para ir sacando las telarañas musculares.
La semana que viene tengo turno para que me hagan mis nuevas plantillas así que
calculo que los primeros días de Agosto vuelvo al ruedo.
Einstein decía que para ser feliz hay que aferrarse a metas,
y no a personas u objetos. No se si es tan así. Uno a veces solo no puede y nunca esta
de más tener a alguien al lado que te arengue en momentos de turbulencias. Eso también llena el tanque de la Felicidad.
Mi meta griega, a pesar que retrocedí varios casilleros,
sigue firme. En mi interior, siento que el sol vuelve a asomar y eso es buena señal.
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