Crónica 12 hs de La Plata

Si uno quiere lograr resultados diferentes no tiene que hacer siempre lo mismo. Por eso quería probar en esta ultra tener un asistente que me ayude con el control en la hidratacion y comida pero mas que nada en lo psicológico, el aguante.Mi novia aceptó sin vacilar (bah,eso creo je) ese rol. Y fue clave!
El Viernes al mediodía salimos de casa rumbo a La Plata cargando heladerita con 8 litros de agua, 2 litros y medio de Gatorade, 1 litro de jugo exprimido de naranja, 1 litro de licuado de banana,cacao y miel . En cuanto a comida: 4 kiwis, 6 bananas, 3 turrones y empanadas que hizo mi bella asistenta.
Tomamos el colectivo Plaza rojo en Retiro que nos dejó en La Plata en hora y monedas. Nos alojamos en el Hotel del Rey y de ahí fuimos (con lluvia de por medio)  a buscar el kit a la Direccion de Deportes , que esta a un par de cuadras de la Catedral.
En ambos lugares me saqué fotos. En el primero con Susana Segurel, la organizadora de la carrera y luego con los hermanos Moreyra, dos cracks de San Nicolas. Tengo cero religión , pero la Catedral es un lugar imponente que recomiendo visitar. Una obra maestra de la arquitectura.

La mañana de la carrera también amaneció lluviosa, pero con el correr de las horas el tiempo fue mejorando.
La linea TALP 338 que paraba a una cuadra del hotel, nos dejó en la puerta del Parque Ecológico de Villa Elisa, sede de esta nueva y loca aventura.
La prueba consistía  en recorrer durante 12 hs, sobre una pista de 400 m la mayor distancia posible. Ya venía con la experiencia del año anterior de haber hecho la misma modalidad en la pista del Parque Sarmiento. Ahi pude hacer 87 km. La diferencia era que esa prueba era nocturna. No iba a tener que lidiar con los fantasmas del sueño pero sí con el sol y el calor creciente.
Siempre que hago este tipo de competiciones las hago con objetivos elevados, pensando en hacer algo especial. En este caso, lo especial era clavar 100 km en menos de 10 hs 30. que me permitirían clasificar a una exigente prueba en Grecia.

En las primeras 3 horas de carrera casi no pare. Tomaba un vaso de liquido cada 10 min y comía alguna fruta por cada hora que pasaba. Pero después la fatiga y los dolores empezaron a aparecer y tuve que recurrir a la caminata para descansar un poco.A las 6 horas de competencia fui a boxes para que me masajeen  los cuadriceps e ingle. Eso me renovó un poco.
Así y todo la cosa se ponía cada vez mas dura y las siguientes dos horas casi que trotaba de forma lastimosa.Mis pies ya empezaban a doler también , y mucho lo que me obligó a visitar de nuevo la carpa de masajes.
 Luego me clavé un Actron y un rato después creo, no me acuerdo en que momento, le pedí a mi novia que me haga masajes en la cabeza y en la nuca que me ayudaron mucho porque sentía que tenia el bocho como ET . Nunca me imaginé que a partir de ahí  (ya completadas 9 horas de carrera) iba a lograr mi mejor performance del día.
Ya no sentía dolores, es mas, sentía como si antes no hubiera hecho nada. Fresco como una lechuga, y con el cuchillo entre los dientes, fui a por mas.
Mis ritmos llegaron a ser de 5 min 15 el km por momentos, algo insólito , teniendo en cuenta que ni siquiera en pruebas de 42 k me animaba ni podía  meter esos parciales. Pero estaba en llamas y tenía que sacarle todo el jugo posible a la situación.
Ya sabía que a Sparta no iba a poder clasificar, pero al menos quería lograr la mejor ubicación posible en la carrera. En nuestra modalidad eramos 10 corredores y durante gran parte de la carrera estaba en la cuarta posición ,bastante cerca del tercero lo que me motivó a al menos lograr un podio.
Ese resurgir como el Ave Fenix de las ultimas horas me permitió lograr el cometido y terminé en la tercera posicion en la general,  con la marca de 98,4 kilometros.
A metros de completar la ultima vuelta (la 248) me acordé de mi amigo Arnoldo , que por un problema de salud no pudo estar en la prueba.Nunca me van a alcanzar los gracias para él por lo que indirectamente me ayudó a la hora de encontrarle un sentido a este duro arte de vivir.
Al cruzar el arco me abrace con mi novia, la cual fue fundamental para que pueda correr mi mejor ultra hasta el momento.
La felicidad son momentos y este ,sin dudas,  fue uno supremo.


*  La entrega de premios fue al día siguiente. Recibí la medalla de finisher, placa por salir segundo en mi categoria de 35 a 44 años. Pero la nota del día fue que por primera vez en mi vida gané algo en un sorteo que hicieron con los números de corredores : un brazalete para poder llevar el celu y las llaves cuando corra.
¡Chapeau!